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Continue ShoppingEn Luz de la Casa Nueva estamos trabajando, junto a la asociación local Casa Nueva, con el objetivo de suministrar energía solar suficiente al espacio de acogida temporal en el que residen más de 50 personas migrantes.
Anualmente, desde diferentes puntos del noroeste africano, como Senegal, Ghana o Mali, miles de personas migrantes emprenden un largo y solitario viaje de futuro incierto a Europa con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias a través de un empleo.
Algunas de estas personas acaban trabajando, de forma precaria y temporal, en los campos de cultivo del estado español, supliendo la falta de mano de obra como los situados en Sagunto (Valencia) destinados fundamentalmente a la producción de la naranja.
La Casa Nueva es una iniciativa ciudadana solidaria que integra y acoge, en su albergue, a unas 50 personas pertenecientes a este colectivo tan vulnerable. Hasta ahora sus residentes no contaban con suministro eléctrico. Esto les obligaba a tener que utilizar un ineficiente, costoso y contaminante generador de gasolina para poder contar con algunas horas de electricidad al día.
Este proyecto supone una segunda inversión de 10.000€ y tendrá un alcance de cientos de personas, en los próximos años, ya que cada año acoge a nuevas personas. El sistema solar ha permitido que este espacio de acogida cuente con energía limpia suficiente para abastecer las necesidades energéticas de los residentes.
El préstamo permite reorientar el gasto energético existente en el uso de un generador de gasolina en un sistema solar capaz de suministrar de energía limpia al espacio las 24 horas del día; mejorándose las condiciones de vida de este colectivo y permitiendo la mejora de servicios de atención del espacio.
El coste total del sistema fotovoltaico está financiado en su totalidad para que la Casa Nueva con el apoyo económico de los residentes puedan pagar en pequeñas cuotas mensuales el coste de la instalación solar con almacenamiento.
El espacio y las personas que lo habitan han tenido una reducción considerable de su gasto energético, lo cual ha permitido mejorar las condiciones económicas y de ahorro, tanto de la asociación como de los residentes.
Mussa tiene 25 años y es de un pueblo del norte de Malí, situado en el interior del desierto del Sáhara. Su caso es todo un ejemplo de superación y éxito; tras varios años probando suerte en diferentes trabajos precarios y mal remunerados, tiene un contrato cualificado e indefinido como instalador fotovoltaico en la cooperativa Sapiens Energía.
Quizá en unos años, con todo lo aprendido y el apoyo de Light Humanity, Mussa pueda volver a su país para liderar un emprendimiento de acceso a energía solar en zonas sin electricidad.