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Seguir comprandoClaves para alinear nuestros valores de impacto social y medio ambiental.
En el transcurso el taller hemos estado conversando, compartiendo experiencias y definiendo acciones concretas que podemos realizar en nuestro día a día para mejorar nuestros hábitos de uso y consumo respecto a la energía térmica en nuestro hogar. Fáciles de adoptar, de manera inmediata, y en respuesta activa a los desafíos actuales y cotidianos del vivir nuestro hogar.
Comenzamos en estar presente en nuestro día, desde que nos despertamos hasta acostarnos, cuales son nuestras acciones diarias y estar atento a aquellas en las que identificamos la presencia de la energía térmica:¿qué actividad estamos haciendo?, ¿cómo la estamos realizando?, ¿es eficiente?, ¿es necesaria?, ¿existen otros modos de realizarla más eficientes y/o saludable?,¿cómo podemos mejorar nuestra acción? …
Conversamos también sobre las ganancias y pérdidas de calor en nuestros hogares que afectan a nuestro confort y bienestar además de los costos y derroches económicos que los acompañan. Sobre la importancia de la orientación de muros y ventanas de nuestro hogar, la disposición estratégica de nuestros muebles, las regulación de la temperatura de nuestro hogar cuando estamos y cuando nos vamos, en como aislar el calor y frío de nuestro hogar …
Compartimos que la energía térmica está presente en: el sistema de calefacción de nuestro hogar, en el agua caliente sanitaria, en la refrigeración de nuestro hogar, en el uso de la cocina, los fuegos y el horno, el vapor de agua cuando cocinamos, el microondas, la tostadora, jarra eléctrica, algunas bombillas, el calor que desprenden algunos electrodomésticos… y de manera permanente y vital la energía que nos llega del sol y de nuestro propio cuerpo.
Para ello elegimos 10 acciones que podamos aplicarlas de manera inmediata, autónoma cuidando la energía de manera eficiente y consciente. El desafío, tenerlas presente día a día (al menos durante 21 días), llevarlas a la acción diariamente, transformando nuestros hábitos hasta aprehenderlas.
1. Aislamiento, uso de persianas: ayudan a regular la temperatura del hogar, mantenerlas bajas o levantadas nos ayudan a regular la temperatura del hogar evitando pérdidas de calor en invierno (manteniéndolas bajas cuando estamos fuera de casa o no estamos utilizando algunas estancias de nuestro hogar). En invierno, y de acuerdo a la orientación (sur y oeste) ,pueden colaborar aumentando el calor sobre los muros exteriores y ventanas ¡Tener en cuenta el factor del viento! En verano, ayudan a evitar ganancias de calor dentro de nuestro hogar.
2. Temperatura ideal del hogar: nuestro metabolismo regula la temperatura de diferente manera en cada uno de nosotros, la temperatura de confort es muy subjetiva, y ademas de factores externos depende también de la actividad que estemos desarrollando, pues nuestro cuerpo también es una fuente de calor térmica. Si pensamos en el ahorro y no derroche energético, lo ideal es evitar lospicos de temperatura, es decir: no conviene llegar a nuestro hogar, encontrarlo muy frío y encender la temperatura al máximo para que caliente pronto, o viceversa. Mantener una temperatura del hogar homogénea, constante y equilibrada, evita generar estos picos de demanda y consumo, y con ello costes innecesarios debidos a malos hábitos. Tengamos presente también que el sistema de calefacción que elegimos para nuestros hogares, (provenientes defuentes de gas natural, gasóleo y otras energías no renovables), es una de las principales fuentes de emisiones de CO2 en las ciudades. El promedio de la contaminación que produce nuestro hogar en un año, equivale al volumen de una piscina de recreo: 2tCO2. Un parámetro de temperatura de confort interior es: de 21º en invierno y 26º en verano.
3. Iluminación: aprovechar y priorizar la luz natural para nuestras actividades. No contamina, es gratis y ahorramos energía.
4. Poder de elección de fuentes de energía: hoy en nuestro consumo diario podemos elegir entre diferentes alternativas de fuentes de energía, renovables y no renovables que utilizamos en nuestras acciones cotidianas. Solo necesita de nuestra atención en conocerlas, elegirlas y ponerlas en práctica.
5. Agua caliente sanitaria: evitar la mezcla de agua fría y caliente, para ello podemos regular la temperatura de salida del agua caliente entre 35 y 40º. Estar atentos si dejamos el grifo abierto más tiempo y con mayor salida de caudal que el que necesitamos… al lavar, al asearse, en el uso del lavavajillas y lavadora.
6. Ventilación del hogar: Es importante ventilar nuestro hogar, al menos una vez al día, y lo recomendable es dos, al levantarnos y antes de dormir, con 10 - 15 minutos es suficiente para renovar el aire… es importante también estar atentos a si tenemos encendida nuestra calefacción o refrigeración al mismo tiempo que ventilamos, pues si es así estaríamos derrochando y aumentando el consumo energético de nuestro hogar.
7. Cocinar: cuando cocinamos, no solo afecta al consumo energético la intensidad de la potencia, del artefacto, el tiempo de nuestra tarea, y la fuente de energía que utilizamos. ¿es necesario encender el fuego a máxima potencia para calentar?, ¿qué hay de los materiales de los utensilios que utilizamos para cocinar, son eficientes?… Para evitar disipar el calor, no olvidemos que podemos tapar las ollas, con eso evitamos derroche de energía y tiempo!
8. Lavadora ideal: aquella que consume poca energía y utiliza muy poca cantidad de agua. Fijarse en la etiqueta energética! Y estar atentos a la elección del lavado, apretar el botón adecuado, no olvidemos el botón de media carga… ¿qué tal el prelavado manual (dejar reposar con agua y detergente un tiempo antes la ropa muy sucia) en lugar de la opción de la lavadora? Mismo objetivo y menor derroche energético. Lavar a temperatura moderada, y recordar limpiar el filtro regularmente.
9. ¿Escobilla y fregona o aspiradora? …
10. Estar atentos… conocer nuestros hábitos, preguntarnos si son eficientes, congruentes y consecuentes con lo que queremos. Vivamos nuestro hogar, transformemos y llevemos a la acción aquellas prácticas que nos ayuden a cuidar nuestra energía, nuestro hogar de una manera sostenible.
En un contexto de emergencia climática, en la que padecemos graves patologías y muertes prematuras a causa de la contaminación y la inactividad física, a lo que se le suma elevado gasto sanitario para tratar enfermedades causadas por la contaminación del tráfico y costes económicos laborales, provocados por el tiempo perdido en los atascos, se impone una reconsideración del actual modelo de movilidad basado en la quema de combustibles fósiles.
La movilidad sostenible es imprescindible para minimizar estos graves efectos, debemos potenciar al máximo aquellos modos de desplazamientos eficientes desde el punto de vista energético, de ocupación de espacio público, de eficacia en el trayecto y de número de personas transportadas.
En este sentido, tenemos que seguir la conocida pirámide invertida de movilidad dónde los desplazamientos activos a pie y en bicicleta ocupan los dos primeros escalones, con todas sus variantes inclusivas, seguido del transporte público colectivo, quedando mucho más abajo el de mercancías motorizado y el privado motorizado (coche y moto).
Los tres primeros conforman los ejes principales de un modelo de movilidad activa y sostenible, donde a través de las llamadas cadenas intermodales cubriremos gran parte de nuestras necesidades de desplazamiento, incluidas las relacionadas con los cuidados. Para reorganizar nuestro sistema de transporte, la planificación atenderá al radio de acción eficaz que cubren las diferentes modalidades: a pie (de 0 a 2km), en bici (de 2 a 10 km) y en transporte público (a partir de 5 km) y la combinación de TP+ bici para trayectos interurbanos y de mayor alcance.
Actualmente, la bicicleta apenas tiene presencia en Madrid. Nadie discute las virtudes de la bicicleta como vehículo barato, rápido, sostenible, versátil, saludable…; sin embargo, su uso no resulta ni fácil ni cómodo para la mayoría.Para avanzar hacia un modelo de movilidad sostenible es prioritario crear Redes Ciclistas accesibles a toda la población, que estructuren toda la ciudad o territorio que se trate y que actúen de potenciadoras del uso generalizado de la bicicleta. Hay que invertir en vías ciclistas segregadas, seguras, protegidas, fáciles y cómodas de usar (plena accesibilidad), eficaces, continuas, intuitivas e interconectadas entre sí (Red).
Además una política pública de transporte debe contemplar a toda la población como receptora de su uso. De este modo, los perfiles de usuarios de la bicicleta deben ser fiel reflejo de la sociedad: niñas y niños autónomos yendo en bici al colegio, jóvenes al instituto o la universidad, en bici al trabajo, de compras, al médico, a la biblioteca o a ver un espectáculo cultural. Es decir, el uso de la bici no puede suponer brecha de género, edad, capacidad, etc. ...
En Madrid, a pesar de tener un Plan Director de Movilidad Ciclista desde 2008, actualizado en 2017, la ejecución ha sido desigual, escasa, contradictoria y a veces contraria a la bicicleta. Esto tiene que acabar, es urgente una apuesta clara y seria a favor del uso de la bici como parte de la solución hacia la sostenibilidad de la vida del planeta. Por eso, planteamos una gran movilización ciudadana durante la semana de la movilidad 2020. Este es el año. Este es el momento.
La Corriente es una cooperativa de consumidores de energía renovable que busca una transición energética más justa, tanto ambiental como socialmente.
En la faceta ambiental apuesta por:
• Reducción del consumo eléctrico, dado que es la opción más sostenible
• Consumo de proximidad, favoreciendo potenciar el autoconsumo renovable en la ciudadanía.
• Comercialización de energía de la red eléctrica con certificación renovable.
En la faceta social apuesta por:
• Potenciar la participación ciudadana, gracias a un modelo cooperativo (cada socio es dueño de la propia empresa)
• Principios de la Economía Social y Solidaria
• Enfoque regional en Madrid pero creando red, tanto con otras cooperativas de España como de Europa
• Empoderamiento ciudadano mediante la información y la formación para que podamos tomar las decisiones energéticas apropiadas relacionadas con nuestra factura, nuestro consumo y nuestra forma de producir energía.
• Potenciar otras facetas que no son tradicionalmente tan evidentes en el sector por no ser puramente tecnológicas o económicas. Un ejemplo es el enfoque de género en el sector energético.
En el taller:
Empezamos a identificar los espacios o momentos en los que nos relacionamos con la energía eléctrica para, a continuación, desarrollar las decisiones que podemos tomar en ellos.
Identificamos dos espacios donde consumimos energía eléctrica: (1) entorno doméstico y (2) entorno laboral. Vemos que en el entorno doméstico tenemos más soberanía para poder tomar decisiones con respecto a la energía eléctrica.
Sobre la contratación de la comercializadora, se considera que una mejor opción es apostar por una cooperativa como La Corriente o Som Energía (hay socios de ambas cooperativas en el grupo de trabajo) ya que no buscan el beneficio propio sino el de los socios.
Por otra parte, identificamos como importante, aquellas opciones que nos ayuden a ser conscientes de cómo consumimos. De esta forma nos permitan reducir nuestro consumo, adaptar nuestra tarifa e, incluso ahorrar dinero en la factura. Se mencionan las auditorías energéticas pero también ser revisar cuándo y cómo consumimos para optar, en su caso, por una tarifa de discriminación horaria.
Se recuerda que es posible acceder a los datos horarios de nuestro consumo a través de las plataforma de la distribuidoras de nuestra zona.
La Corriente está desarrollando un guía para aprender a acceder a dichos datos: https://lacorrientecoop.es/acceso-consumo/Por otra parte, se avisa que a lo largo de este año, van a cambiar los peajes eléctricos y eso afectará a nuestras tarifas. Algunas recomendaciones sobre estos cambios están en el siguiente enlace: https://lacorrientecoop.es/recomendaciones-tarifas-2020/
Otra faceta en la que se puede incidir es en la producción de energía. Ya se está favoreciendo el autoconsumo y se recuerda que puede ser colectivo, es decir, que la instalación fotovoltaica puede ser, por ejemplo, comunitaria y se puedan beneficiar del autoconsumo todos los vecinos del bloque.Otra opción es la inversión a través de proyectos colectivos de energías renovables. De esta forma, contribuimos a la generación de energía (renovable) y no solo a consumirla.
Se mencionan dos ejemplos:
• ECOoo
Por último, identificamos la posibilidad de realizar activismo ciudadano, pero no llegamos a desarrollarlo.
A lo largo de todo el taller, identificamos como necesario la información y la importancia de saber cómo funciona el sector eléctrico para tener las herramientas de toma de decisiones conscientes.